La
educación constituyó uno de los grandes compromisos sociales de la democracia
de la Segunda República. El objetivo era configurar el estado docente, que
llevaría la cultura y la enseñanza a los rincones más remotos del país para
construir una sociedad más justa, libre, equitativa y solidaria.
Las
maestras de la república, o sencillamente republicanas, como nos gusta
recordarlas, participaron de forma comprometida y valiente en el desarrollo de
en este proyecto. Representaban el modelo de mujeres modernas e independientes.
Ellas serían las responsables, en buena medida, de la construcción y difusión
de la nueva identidad ciudadana, al educar a su alumnado en los valores de
igualdad, libertad y solidaridad, tanto a través de la transmisión en los
contenidos en las aulas como, sobre todo, con su ejemplo personal.
Mujeres
comprometidas con la igualdad social y de género, eran conscientes de que cada
pasos que daban representaba el dibujo del camino por el cual otras
transitarían. Con su interés por innovar, investigar y desarrollar un discurso
propio en el ámbito de la educación se embarcaron en los viajes de estudios,
participaron en las Misiones pedagógicas, ocuparon puestos de dirección en los
colegios y formaron parte de organizaciones sindicales, políticas y
asociaciones feministas y ciudadanas. Fueron pioneras en procesos de innovación
y practicas pedagógicas que abrían las aulas a una metodología activa y
participativa.
Porque
creían en la igualdad derribaron los muros que separaban a los alumnos y
alumnas, proponiendo prácticas de relación que les permitiera compartir
intereses y conocimientos. Una coeducación que les posibilitaría aprender a
compartir la vida en igualdad.
Este
proyecto quedo interrumpido tras la guerra civil, con la terrible depuración
ejercida por el bando vencedor sobre un magisterio comprometido con las ideas
republicanas. En las maestras, la represión fue especialmente terrorífica, al
intentar acabar física y simbólicamente, con los valores de igualdad y
autonomía que ellas representaban.
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En 1931
se regula la educación de adultos
a través del Decreto del Patronato de Misiones Pedagógicas, que supone un gran
precedente de la Animación Sociocultural. Los destinatarios serían la gente que
habita las zonas más alejadas, desatendidas o deprimidas del territorio
español. Tendrían un enfoque educativo, cultural, pero no instructivo ya que se
quiere dinamizar la motivación, estímulos o disfrute cultural más que los
contenidos o alfabetización en sentido estricto. Su objetivo era difundir la
cultura general, la orientación docente y la educación ciudadana en aldeas,
villas y lugares con atención especial a la población rural.
MARÍA MOLINER
Misiones
Pedagógicas, antecedente de la A.S.C
en España. En los años, 1931 al 1936. Fueron creadas durante la II República en
un Decreto de 29 de Mayo de 1931. Dirigidas e inspiradas por Manuel Bartolomé
Cossío .En ellas participaron personalidades como Antonio Machado, Pedro
Salinas, María Moliner, Federico García Lorca con la experiencia teatral de la
Barraca, etc.
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